Realidad martes, 22 de junio de 2010

Porque el Peru no es solo lima

Realidad lunes, 21 de junio de 2010

Realidad

Yo, PERU!

Cuando hablamos de un peruano y, más aún, de la Identidad Nacional Peruana hablamos de una mezcla diversa de cultura, razas, comida, lenguas, estilos de vida, música, etc, etc. El peruano es lo que es, el criollo vivo, el choro pirañon, el estudiante aplicado, el cholo terco, la chipiba caliente ETC, es decir, todas las formas existentes de ser, mezclados en una super licuadora llamada Perú dan como resultado a este especimen tan peculiar llamado Peruano.















Realidad

¿Yo también me llamo Perú?
“Es la tierra del Inca que el sol ilumina, porque Dios lo manda,
y es que Dios a la gloria le cambió de nombre
y le puso PERÚ”

… Y en vez de Gloria, le pusiste cuatro letras, que bien combinan con nuestro Perú, que hoy en día, se ha convertido en símbolo de “gastronomía o turismo”, con una historia pasada muy enriquecida por anécdotas positivas, descubrimientos y/o hallazgos relevantes; pero que, como en toda novela personal, se llenó de errores imborrables que han pasado como cuento nacional de generación en generación, entre ferrocarriles, deudas externas, indios, mestizos y por fin un cholito… Claro, ese es el PERÚ, eso es lo mío, lo tuyo, lo nuestro… la historia de conquista, colonias y presidentes… la vida pública de los Prado, Pérez de Cuéllar, Velazco y un García… de simpatizantes y opresores… de los de la izquierda y ¿por qué no?, también de los de derecha… la historia que a muchos de nuestros abuelos les gusta contar en un atardecer junto a una taza de café mezclado a un sentimiento heroico por los que lucharon en esa guerra, por cada frase de “Yo los vi desembarcar esa tarde frente al mar, allá en la década tal...” “Claro, en la foto lo puedes ver hijita, ése, ése es Odría, mi padrino de casamiento allá en el 56´, cuando aún gobernaba… ay! Si te contara...”. Y la verdad es que sí, es cierto, cómo apasiona contar ese pasado, y aún mejor, darle el “retoque especial” como buen peruano, como buen criollo, dicen algunos, que somos.

Pero como toda memoria, dentro de cada historia, todos tienen ese ejercicio diario, ese pie que cojea, esa labia tan concedida como a la vez muy bien ganada que la etiquetamos como: nuestra criollada. Esa esencia tanto tuya como mía, que no es robada, sólo prestada, y que gracias a nuestro encanto se fusiona con otras palabras, de manera que ya no denota orgullo… como lo cita alguno:
“cabecear, pelar, sacarse una buena tajada son formas de criollada. No cumplir con una deuda, jalar el cable del vecino, coimear con sencillo a un tombo son clásicas criolladas. No devolver un libro, un disco o cualquier cosa que nos prestan. Ser impuntual es criollada. Total, ¡qué serán 10 minutitos! (…) Sacar ventaja de cualquier situación que se nos presente y colarse es una criollada. Exigir que nos den por lo que no hemos movido un dedo por conseguir es una criollada que linda con la mediocridad (…).Robar luz, contratar por asesor a la nana. Decir que son buenos maestros cuando no han pasado primaria. Argumentar con vales de pollo toda la plata que gastan. (…) denuncia que planchan camisas y lavan corbatas son maniobras acriolladas. Cuando muriendo de la risa cruzamos por la pista y no usamos el puente que hay a pocos metros es hacer la criolla (...) Si elegimos un presidente decimos ¡Que robe pero que haga! Eso es, en esencia, nuestra virtud deformada a punta de criolladas” (CARLÍN, Carlos. Perú 21)
Es típico encontrar en la mayoría de nosotros frases como las citadas o actos como los que estamos “acostumbrados” a presenciar, que no es un ego personal, sino por lo contrario, se nos pega como maña viviente, como esa muletilla en cada palabra, como “el pan bajo el brazo” con lo que dicen que nace todo bebe, que viéndolo bien, sería la suerte o la jugada maestra, el perfecto encaje que modela nuestras respuestas.

Quién puede olvidar el refrán de nuestros mayores: “a ver, dame ese repertorio infinito de explicaciones para justificar lo injustificable (…) ¿Qué cuento me va usted a contar hoy día, señorita? (…)”. Y es que sabemos que nuestro peruanismo de alguna forma nos va a salvar, si se utiliza de la forma correcta, claro está, sin más ni menos que lo preciso en piso, como se explica en “el arte de mecer”:
“(…)mantener por largo tiempo a una persona en la indefinición y en el engaño, pero no de una manera cruda o burda, sino amable y hasta afectuosa, adormeciéndola, sumiéndola en una vaga confusión, dorándole la píldora, contándole el cuento, mareándola y aturdiéndola de tal manera que se crea que sí, aunque sea no, de manera que por cansancio termine por abandonar y desistir de lo que reclama o pretende conseguir(…)” (VARGAS LLOSA, Mario. El comercio)

Esta creación en la labia no es para novatos, está bien visto, ya que es un quehacer difícil, que requiere talento histriónico, parla persuasiva, gracia, desfachatez, simpatía y solo una pizca de cinismo… Y es claro que cada uno de nosotros la ha sabido utilizar a su manera, para salir de un mal paso, podría ser, pero que de alguna manera nos hemos podido ver al descubierto, pues no falta uno por ahí que no se quede con las ganas de decir: “Mentía tan maravillosamente bien, con tanto aplomo y dulzura, que era imposible no creerle”

Yo me llamo PERÚ, pues mi patria peruana
con la sangre y el alma pinto los colores
de mi pabellón (…)

¿Acaso nos consideramos verdaderos pintores?. Si la respuesta es afirmativa, seremos pues entonces los maquilladores de las verdades, los estilistas de los errores, y si seguimos con este “orgullo nacional”, no tardaremos en caer en una falsedad sin retorno.

Realidad

En artículos y encuestas pasadas se mostraron características que el mismo peruano hace para referirse a ellos, en palabras de una ama de casa encontramos: “el peruano es emprendedor… el peruano es corrupto”; queda claro que nosotros los peruanos nos colocamos características contradictorias, entonces si no es nuestra forma de ser el orgullo del peruano, podemos decir entonces que el orgullo se fue formando a través de otras características. A continuación, presentaremos algunas actividades que promueve que el peruano se siente orgulloso de vivir en este país siendo realmente un peruano.

Hablemos de lo principal, la comida peruana. Es costumbre escuchar a algún peruano fuera del país diciendo que lo que mas extrañan es la comida peruana, la respuesta a esta inquietud es simplemente por que es característico de nuestro país, el olor, la sazón y la presentación hacen de la comida un orgullo, más aún cuando se habla del plato representativo y tradicional al cual todos llaman ceviche.

Como segundo lugar dentro de las preferencias de los peruanos se encuentran los deportes, en especial el fútbol. Sin embargo, todos tenemos bien claro que el fútbol peruano no es tan bueno y aún así cada ves que la selección juega todos “nos ponemos la camiseta” y alentamos a nuestro país. Hablemos del voley, en estos tiempos no es tan bueno como en tiempos pasados, pero también nos sentimos orgullosos de nuestro equipo por haber tenido los logros que tienen. En cuanto al surf, es un deporte del momento en nuestro país y aún de esta manera hemos llegado lejos y nos sentimos orgullosos y satisfechos de eso.

Por último, un punto importante es la cultura peruana, lo que nos identifica como peruanos. Si hablamos de Machu Picchu nos daremos cuenta que es el máximo orgullo del peruano, ya que gracias a este monumento estamos dentro de las maravillas del mundo, un motivo mas para sentirnos mas peruanos que nunca. El folklore, la fauna, la flora, la diversidad de especies y paisajes que nos permiten sentirnos parte de este país y de poder gritar que somos peruanos y que nos sentimos orgullosos de haber nacido en esta hermosa tierra del sol. El peruano no tiene claras las características propias y se contradice en indentificarlas, pero en una cosa todos coincidimos: el hermoso paisaje cuzqueño que siempre nos recordará que el Perú es especial en todo sentido y que poseemos gran fortaleza en nuestra identidad. El peruano es fuerza, tradición, unión y muchos adjetivos me vienen a la mente, podría definirlas en una sola: el peruano es “pasión por lo nuestro”


Realidad

Combi.tour
Cultura Chicha y nuestra identidad vista desde una combi: COMBITOUR

Este artículo está basado en una observación exploratoria acerca de la identidad que mostramos los peruanos vista desde una Combi, así como también las deficiencias y los beneficios que podemos encontrar de nuestra cultura llamada “Chicha”. Para la realización de este artículo observamos 4 distritos:
Callao
Miraflores
Centro de Lima
Surco
Luego de haber observado estos distritos y distinguir característica particulares que podrían darnos “luces” acerca de nuestra identidad, principalmente la denominada popular o “chicha”.
Para definir esta identidad chicha tendríamos que decir que es más bien un sincretismo, un conjunto de todas las distintas culturas de nuestro país conglomeradas en Lima, nuestra ciudad capital. No es totalmente andina, aunque tiene muchas características de esta, sin embargo tampoco es totalmente urbana, es una reunión de todas las culturas como la criolla y la limeña. En nuestro contexto la cultura chicha está vinculada con que está mal hecho, es inescrupuloso, delictivo, “huachafo”. Para algunos sectores de la población la cultura chicha tiene un aspecto marcadamente negativo, para otros sectores es lo “pintoresco” de nuestro país y para otros es simplemente la manera en la que viven.

La cultura chicha tiene 3 dimensiones principales: la primera, estético-cultural, esta se refiere a la música catalogada como “chicha”, una mezcla de tecnocumbia y huayno, a los colores estridentes característicos como el amarillo y el verde fosforescente o el fucsia, la combinación de las comidas, mezcla de tradiciones que se vincula con la “huachafería”, es decir el mal gusto, una connotación claramente negativa. Lo segundo, vinculado a la informalidad, y lo tercero a la flexibilidad de las normas y los valores, vinculado a lo inescrupuloso, fuera de las normas. Estas dimensiones se extienden a todos los ámbitos de nuestra sociedad, tanto político, social, económico o cultural.
En una combi es posible reconocer absolutamente los aspectos escritos en el párrafo anterior; vemos la identidad que hemos adquirido a lo largo del tiempo, este proceso en donde lo popular tiene una importancia inigualable y de la que todos formamos parte, queramos o no.
Según lo visto en combi-Perú ¿En dónde vemos lo “chicha” de nuestra cultura? Identificamos 3 aspectos que consideramos importantes y totalmente visibles.

La informalidad en nuestra cultura chicha:


Es uno de los problemas más relevantes en nuestro país, lo vemos en todas las modalidades posibles: la piratería, prostitución, comercio ambulante, contrabando, comercialización de drogas, Etc. Este, claramente es un aspecto negativo de la cultura chicha afectando tanto la economía como la integridad de las personas que trabajan en la informalidad y los clientes que reciben los “beneficios de esta”. La informalidad surge de la necesidad del peruano por generar ingresos que puedan satisfacer o, al menos, cubrir parte de sus necesidades básicas, en un contexto en donde el desempleo es un problema social persistente y el empleo formal cae en el límite de lo digno e indigno debido al incumplimiento de las leyes laborarles como remuneraciones ínfimas o exceso de horas de trabajo. Los altos costos de la formalización también es una explicación de la existencia de tantas empresas informales, aunque esta no está libre de costos, ya que continuamente sobornan a las autoridades por permanecer en sus puestos y seguir trabajando, una especie de “impuesto informal”. Las consecuencias graves del trabajo informal es no poder gozar de los beneficios sociales y laborales que forman parte de un contrato formal en el que se cumplan las leyes laborales como el seguro médico, el fondo de pensiones, la compensación por tiempos extras, sueldo mínimo y la jornada de 8 horas. Es indudable que el ejercicio de estas actividades informales impone límites para el crecimiento de nuestro país, pero también debemos considerar el contexto en donde se desarrolla la informalidad, principalmente la escasez de empleo y pobreza, problemas generalizados en todo el país.

Creatividad y recurseo de nuestra cultura Chicha

Relacionado ampliamente con la informalidad, el “recurseo” es esta habilidad para sobresalir de los problemas económicos creativamente optando por trabajos poco convencionales. Esta habilidad es una de las grandes características de los peruanos y uno de los aspectos positivos que consideramos que tenemos. Sin embargo, esta habilidad surge de una historia en donde nunca ha habido estabilidad económica ni un crecimiento sostenido, así como las altas tasas de desempleo e informalización en nuestro país. El recurseo es una especie de salvación en la que podemos hacer cualquier cosa, aprender de todo por si en algún momento tenemos la oportunidad de trabajar y sobrevivir. Un aspecto negativo de esto es que el recurseo nos coloca en una situación de conformismo ya que el recurseo se utiliza para sobrevivir y no para progresar ya que los empleos que obtenemos tienen poca duración y generalmente son informales. Existen también probabilidades de que si una persona ha “recurseado” siempre, pues solamente sepa ser recursero impidiendo la estabilidad, tranquilidad y crecimiento personal de la que todos tenemos derecho.

El problema del transporte público






Problema para unos, oportunidad para otros. Oportunidad de trabajo y al mismo tiempo, uno del mayor caos de Lima Metropolitana: el transporte público y especialmente la unidad de transporte más utilizada en el Perú, las combis.
Subirse a una combi es una experiencia “diferente”, los vehículos destartalados, en pésimas condiciones antihigiénicas, soportar la música a todo volumen, soportar los precios injustificados de los pasajes, ignorar o atacar el maltrato constante de los choferes y cobradores hacia los pasajeros y viceversa, los “dateros”, las multas, las coimas, los voceadores y demás características hacen que el transporte en una combi sea muchas veces un suplicio que millones de pasajeros tenemos que sufrir día a día. Un escenario perfecto para la actividad informal como los vendedores de golosinas y demás artículos, cantantes, payasos, mendigos y ladrones esperando la oportunidad; hasta el medio ambiente sufre las consecuencias del transporte público al contaminar las diversas calles de Lima.

Sin embargo, ¿los choferes y cobradores de las combis son los únicos culpables? Como consumidora asidua de este servicio mal prestado, muchas veces he sido testigo, y, con vergüenza, hasta protagonista de actitudes y comportamientos que refuerzan el problema de las combis y el transporte en general. Personas que piden que aumenten la velocidad del vehículo, poniendo en peligro sus vidas; que suben en el carro a pesar de que éste está “reventando de gente”; personas que no pagan el pasaje justo, e incluso maltratan a los cobradores insultándolos; que cruzan intempestivamente por las avenidas, haciendo que el chofer tenga que hacer maniobras para evitar un accidente, gente que pide que el vehículo los deje en paraderos no autorizados… ¿Somos o nos somos culpables todos de este problema?






Para comprender nuestra cultura chicha, no solo hay que considerarla como manifestaciones poco comunes o “pintorescas” llenas de informalidad o algo mal hecho relacionado muchas veces con lo ilegal o con la violación de normas. Debemos considerar nuestra cultura como todo un conjunto de manifestaciones que forman parte de un Perú en transformación en donde habitan y conviven todas las culturas posibles; todo ello también debido a la reestructuración del espacio geográfico y social. En resumen todo lo que vemos a través de una combi, las diversas manifestaciones culturales, la “criollada”, el recurseo entre otras forman parte de un proceso que viene desde años atrás y que tiene un poco de cada uno de nosotros.

Realidad lunes, 3 de mayo de 2010

¡Ay Zavalita! ¿En qué momento se jodió el Perú dices?

El Perú se jodió en el primer momento en que creyó que, en verdad, estaba jodido. El Perú se jodió cuando tomó esta frase y la hizo suya, tan suya, que se convirtió en lema del peruano.

“No me salió el negocio, es que aquí no se puede. El Perú está jodido.”
“Siempre lo mismo, delincuencia, injusticia, corrupción, ignorancia, el Perú nunca va a cambiar. Está jodido.”
“¿Quieres ser famoso, grande e importante? Pues ve sacando tu visa a cualquier otro país, porque aquí, eso, está jodido.”

El Perú se jodió porque los Juan, Victor, marta, rosa, Dionisio, maría, Isabela, y todos los peruanos con nombre propio, se convirtieron en Zavalitas y quisieron construir un futuro con el pasado.

El Perú se jodió cuando, pese a que cambiaron los protagonistas, el resentimiento hacia el enemigo de nuestros padres se volvió eterno. Chile nos ganó la guerra y tal vez más que eso. Pero ¿qué importa haber ganado la guerra si aún se puede ganar la paz? La pregunta es, ¿En verdad la queremos o es más fácil lamentarnos que luchar por ella?

El Perú se jodió cuando no entendió que no hay que ser el héroe de la historia para hacer nuestra propia historia. La independencia la declaró un extranjero y fueron extranjeros los que nos “dieron la libertad”, pero ¿acaso fuimos verdaderamente libres? ¿No somos aún esclavos de nuestro pasado y es la verdadera libertad la que estamos a aún a tiempo de buscar y obtener, pero por enfrascarnos en el inútil si hubiera no la vemos o ignoramos?

El Perú se jodió cuando subió tan alto que, cuando tuvo que caer, el golpe pudo más. La prosperidad falaz que nos dejó la época del boom guanero trajo tal sensación de derrota que ahora nos impide reconocer que se logró una vez estar arriba y que, por lo tanto, se podría volverlo a estar. Sin embargo, nos concentramos más en lo mal que hicieron otros y no el lo bien que podemos hacer nosotros ahora.

El Perú se jodió cuando unos creyeron que el rojo no era siempre rojo, pues existen distintas tonalidades. Si unos somos un rojo claro y otros son oscuro, ¿no somos todos al final rojo? ¿No corre por nuestras venas el mismo color, el rojo de la sangre indígena, negra, amarilla y blanca? ¿Será tan difícil decir “todos somos iguales” sin más tarde cholear, negrear o blanquear al otro?

El Perú se jodió cuando, del pasado, rescatamos o sólo recordamos lo peor. Los incas fueron sabios en su propio sistema y tal vez las cosas eran mejores antes. Sin embargo, la conquista sucedió y pese a lo que pudo o no haber sido, lo que fue, está hecho. No hay más marcha atrás. La conquista trajo miseria e injusticia, pero no se suponía que duraría siempre. No se supo o, tal vez, no se quiso verdaderamente combatirlas, pero nadie nos impide hacerlo ahora, salvo nosotros mismos. ¡Somos nosotros quienes elegimos hoy, mañana y siempre!

Zavalita, el Perú se jodió cuando no entendió o buscó siquiera comprender lo que pasó. El Perú se jodió cuando nos vendamos los ojos y nos tapamos los oídos y nos convertimos en títeres que frente a todo fracaso, en lugar de luchar y perseverar, no se cansan de preguntarse inútilmente:
¿En qué momento se jodió el Perú?

¿Cuánto tiempo más seguiremos siendo esos Zavalitas que preguntan y no hacen? ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para que, con total confianza y creyendolo firmemente, nos preguntemos en qué momento se enderezó el Perú?


Realidad

Luego de varios golpes en nuestra historia (la conquista española, el fracaso del proyecto guanero) nos vimos involucrados (y dolorosamente humillados) en la guerra con Chile en 1879. Todos sabemos las consecuencias de aquel devastador episodio, sin embargo, no todos somos conscientes del profundo impacto que este hecho nos dio, no solo económico, político o territorial, sino el impacto psicológico y los grandes traumas que sufrimos 131 años después del acontecimiento. En la inconsciencia del peruano se encuentra la humillación, la derrota y el espíritu revanchista que originó aquel gran golpe al ego del Perú. Es triste reconocer que aun no hemos superado aquel momento y que nuestro progreso se vea, a veces, condicionado por nuestros sentimientos, lo que nos impide tener una relación armoniosa con nuestro país vecino.

La relación actual del Perú y Chile ha sido exageradamente influenciada por la guerra tras tantos años manteniéndose aun la existencia de “imágenes antagónicas” (Milet, 2004) fuertemente arraigadas en el pensamiento peruano y chileno. La imagen del vencedor y el vencido, del evolucionado exitoso y el inestable y pobre, el de invasor e invadido…estas imágenes se encuentran en cada situación en la que chile y Perú se encuentran. Una de las consecuencias más tangibles de estas imágenes en el pensamiento del peruano es el hecho de que existen todavía algunos sectores de la población que consideran que la llegada de capitales chilenos al Perú constituyen en realidad el proceso de una nueva invasión en lugar de favorecer el crecimiento y el desarrollo económico del Perú.

Claro que estas imágenes no son solo propias del pensamiento peruano, Chile ha sabido demostrar cada una de sus imágenes (aunque su gobierno se espere en no hacerlo) al presentarse con aires de arrogancia, orgulloso de su desarrollo, prepotente e incapaz de estableces buenas relaciones a nivel empresarial. La perspectiva actual de Chile se ve dividida también como suceden en el Perú, sin embargo, a nivel político, el gobierno chileno tiene muy claro (por conveniencia o no) “priorizar sus relaciones con los países vecinos” teniendo como visión el progreso y desarrollo de América.

A pesar de sus intentos, tenemos varios hechos que dificultan la gran meta del gobierno chileno: la aparente carrera armamentista que menciona el Perú frente a los gastos militares chilenos, la discrepancia por la delimitación marítima…

En conclusión, podríamos decir que la guerra con Chile fue un gran determinante en lo que es el Perú y somos los peruanos en la actualidad. Este acontecimiento marcó una profunda herida en que cada peruano y es triste e increíble que este hecho haya sido una gran piedra en nuestro camino muchos años después. En la actualidad, nuestro desarrollo depende de cierta forma de las relaciones de odio o de hipocresía entre nuestro país vecino y nosotros, la guerra con Chile y sus consecuencias son un gran problema y una válida explicación si nos preguntásemos cuándo comenzó el Perú a desmoronarse; y es increíble que a pesar del tiempo nos veamos afectados por un hecho, lamentable sí, pero que ya no tiene vigencia. Con la guerra con Chile, el Perú se desmoronó, si antes teníamos problemas con el racismo y la marginación entre nosotros mismos, con este acontecimiento, la idea de fracasados, vencidos e incapaces, quedó grabada en cada uno de nosotros, aunque no queramos aceptarlo, la guerra con Chile aún nos duele, aún sufrimos sus consecuencias, aún condiciona nuestras relaciones tanto económicas, políticas o sociales con este país, aún estamos con la sombra de la guerra, y así, señores, no podemos mejorar.



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Realizamos una encuesta a 30 personas de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, entre hombres y mujeres, acerca de la percepción y conocimientos que tienen de la Guerra con Chile cuyo artículo nos motivó a hacer las siguientes preguntas:




Del total de encuestados, el 77% respondieron afirmativamente indicando la fecha de la guerra con Chile, y el 23% de los encuestados no conocía la fecha.







El 33% de los encuestados respondió que la causa principal de la guerra fue el deseo de expansión territorial por parte de Chile, el 47% respondió que la obtención de guano fue la causa, y el 20% contestó que la causa principal fue el tratado que se realizó entre Perú y Bolivia.



El 50% de los encuestado respondió que tiene una actitud “normal”, es decir de aceptación sin ningún tipo de resentimiento, en cambio el 40% respondió que si mantiene una actitud resentida con Chile, y el 10% respondió que si se sentía atacado por Chile, su respuesta era también de ataque.






El 50% de los encuestados expresó que la consecuencia que nos sigue afectando es el odio entre chilenos y peruanos, el 33% expresó la reducción del territorio peruano como consecuencia y el 17% manifestó que la consecuencia es las ideas de que nosotros los peruanos somos fracasados, es decir las imágenes antagónicas que se expresaron en el artículo.

Realidad domingo, 2 de mayo de 2010

A lo largo de toda nuestra historia encontramos momentos que marcaron y definieron nuestros estereotipos acerca del peruano. El racismo es la más cruel herencia que se viene arrastrando desde tiempos de la conquista hasta el presente; como dice Nelson Manrique en su introducción al libro “La piel y la pluma”: el racismo es, ante todo, una ideología y como tal sirve para consagrar un status quo determinado. A lo largo de este texto se irán conociendo etapas de la historia que produjeron el problema racial que afecta a miles de peruanos, y llegaremos a entender, como dice Nelson Manrique que “No son las razas las que crean el racismo, sino es a la inversa, el racismo construye las razas”

Con la llegada de los españoles se presentaron cambios que dieron inicio al problema del racismo. Específicamente el momento decisivo fue la etapa de la Colonia en la formación de una sociedad oligárquica y en la República en la cual se dividen la República de Indios y la República de Españoles separándolos claramente de su sociedad al ser tan distintos a ellos; es tal vez ese momento que nos impide ahora, en la actualidad, a aceptar toda clase social. Hacia los años 1870 y 1940 en Europa se dio la explicación de que las razas superiores e inferiores se daban porque simplemente algunos pueblos progresaban y otros no; sin embargo acá en el Perú se decía que una raza inferior al mezclarse con otra superior mejoraría su futuro racial. Clemente Palma es uno de los que afirman que la raza peruana puede mejorar siempre y cuando las mujeres se unan con un hombre de raza superior y forme una familia, esto quiere decir que una mujer debe mezclarse únicamente con la raza blanca para mejorar el futuro racial aunque esto parezca totalmente absurdo. Un punto importante y preocupante dentro de la discriminación son los estereotipos o las características que describen al peruano, se dice que para que un hombre sea apreciado y respetado debería ser de una buena clase social y ser de una familia prestigiosa, como por ejemplo en la etapa oligárquica quienes eran aceptados como ciudadanos y quienes pertenecían a la oligarquía eran justamente las familias de buen vivir.
Desde la explosión demográfica y en el tiempo del centralismo, los indígenas fueron inmigrando a la capital y desde aquellos tiempos se generaliza al hombre limeño y se le atribuyen características que no son reconfortables; al contrario, nos deja como personas sin ganas de trabajar, sin creatividad e incapaces de ser lideres, flojos e irresponsables, sin voluntad, ociosos y despreocupados; a su vez la mujer limeña es vista como un encanto capaz de conseguir lo que quieran con solo seducir a los hombres con su belleza. Manuel Atanasio Fuentes coloca al indígena como un soldado cobarde y sin patria, indigno de cualquier muestra de confianza, ignorante, altanero y tramposo, es sucio y abusivo. Las costumbres de los indígenas son distintas a las nuestras y es por eso que se les discrimine por ser antihigiénicos, duros y sobretodo por integrar a sus hijos en el trabajo cuando en sus costumbres eso es normal. Generalmente el hombre negro es visto como esclavo de los tiempos pasados y ahora es criticado como un ser desconfiable, delincuente, delincuente y lo peor... bruto. En el caso de las mujeres negras se dice que son las responsables de las actitudes inmaduras de los limeños al ser las nanas quienes los engríen y alimentan cuando son niños. En la actualidad, al salir a las calles son los mismos peruanos quienes estereotipan y al mismo tiempo contradicen la condición y características del limeño diciendo por ejemplo que son honrados pero corruptos, trabajadores pero flojos, creativos pero vagos, empeñosos pero rateros; el hombre de hoy tiene mas prejuicios y plantea características que no son como por ejemplo al ver a un hombre mulato se le asemeja con rateros o al ver a un hombre de la sierra se le tilda de cholo bruto, sin embargo ahora en la capital, Lima, las razas se juntaron y es razón perfecta para poder estudiar a las razas y competir entre ellas. Lo cierto es que también los mulatos o personas de otras regiones le atribuye al hombre limeño la característica de abusivo y comodón. Hay cantidad de estereotipos para el hombre peruano y exclusivamente si son humildes, las clases altas desde la época de los españoles son los que fomentan el racismo y la discriminación en nuestra sociedad.

En conclusión, el Perú muestra hechos pasados que nos permite comprender, mas no justificar, la discriminación que ahora en nuestros tiempos es cosa de todos los días y es el causante de todos los problemas raciales y abusos hacia los indígenas en su mayoría.
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Vision de los peruanos:
Encuesta realizada a escolar de tercero de secundaria del colegio Alexander von Humboldt
¿Que significa ser racista para ti?
Yo creo que ser racista es impedir relacionarte con distintas clases sociales, en mi colegio tengo amigos que al pertenecer a este colegio se creen lo mejorcito y piensan que detras de esas paredes no hay mas clases distintas a las suyas, sin embargo no es mi caso ya que estudio becado en ese colegio y no soy de tan alta clase social pero soy consciente que los mismos padres tienen parte de la responsabilidad al evitar mezclarse con otros grupos raciales.

¿Sabes que momentos del pasado fueron claves en el problema del racismo?
Mi profesora de Historia siempre nos dice que de no haber sido por los españoles, nosotros no seriamos lo que hasta ahora somos. Segun mi criterio, el momento decisivo fue en la llegada de los españoles, en el momento en el que se juntaron las razas para crear otras tantas y pienso que desde ese tiempo el racismo viene floreciendo.


Realidad sábado, 1 de mayo de 2010

Uno de los momentos dentro de la historia del Perú que podemos analizar para entender los problemas que tenemos en la actualidad es la Independencia. Para esto analizaremos la repercusión que tuvo en ese tiempo y como sigue vigente hasta nuestros días, aunque muchas veces no nos demos cuenta de aquello y lo veamos como algo alejado y sin trascendencia para los problemas de hoy.

Uno de los problemas más fuertes que existen en el Perú es la falta de identidad nacional, y sentirse que este es un país que está desunido, a pesar de que se están haciendo esfuerzos para que esto, de laguna manera, se solucione a través de campañas gastronómicas, de turismo, etc. Este problema de falta de identidad, se deba, tal vez, a que en el proceso de independencia, donde los que lucharon por lograr aquello, no fuimos los peruanos sino gente foránea; esto nos ha dejado una herida que hasta ahora no cierra, ya que en esos momentos no luchábamos juntos por un “bien” común, cada uno por su cuenta como es el sentimiento de la gente actualmente.

Por otro lado, también se observa un descontento generalizado con los representantes del gobierno, con quienes se supone uno pone todo su apoyo y toda la confianza para que lleven las riendas del país hacia un futuro mejor. Sin embargo, en casi todos los años de la república los gobernantes sólo se han valido de demagogias y de falsas promesas que nunca se han llegado a cumplir. Para nadie es sorpresa que los frecuentes escándalos políticos son pan de cada día; que el congreso se ha convertido literalmente en un circo, conociendo algunos de sus integrantes no por sus nombres, sino más bien, por sus apodos, que fueron resultado de algún escándalo en el que se vieron involucrados. Y si preguntamos por el presidente, la tampoco cambia la figura, nos preguntamos cuándo es que se cumplirán las promesas, como por ejemplo, el tren eléctrico? sí, se está avanzando, pero todos nos preguntamos, estará listo después de 20 años, porqué hasta el final de su gobierno, es obvio para que la última imagen que nos deje sea esa, aún así la imagen de nuestros “padres de la patria” está muy mal vista para muestra un botón, “Para político NO” una cumbia realizada por EL Grupo 5, uno de los grupos más exitosos aquí en Perú.
Esto también se ve reflejado en la Independencia, pues los independentistas prometían una vida mejor y librarse de la opresión de los españoles a todos aquellos que apoyasen a la independencia; a los esclavos les prometía la libertad, a los indios trabajadores, mejores remuneraciones y condiciones de trabajo, algunos apoyaron. Cabe resaltar que después de la guerra por la independencia, las cosas siguieron como antes, las condiciones de trabajo, para ellos, como para la mayoría quienes vivían el Perú, seguía siendo lo mismo y sólo se le había cambiado el nombre. Más adelante en algunos sectores hicieron protestas para volver al virreinato.

En conclusión, se puede decir, que muchos de los problemas de falta de identidad y falta de confianza en el sector político se debe al mal proceso de independencia que se llevó a cabo y que con el paso del tiempo se ha ido acentuando y no se hecho mucho para resolverlo; lo de identidad peruana se está dando a paso lento, pero al menos se está tratando de hacer algo y de eso depende de casa uno. Por otro lado el sector político se ve cada vez peor, pero aún con esto no se debe olvidar que para elegir lo mejor para nuestro país es estar bien informado al respecto y no creer en sólo palabras bonitas que resultan muy bueno para el oído pero no para nuestras vidas.
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Entrevista a Sociologa

¿ Por qué crees que los peruanos no tenemos una identidad definida?
Es que tenemos sangre de indio o bien de cholo, indigenas o españoles, el Perú tiene varias identidades , por ejemplo la educacion debe profunizar porque todo vamos copiando de otros paises.

¿Por qué crees que la política está mal vista en el Perú?
La política aqui en el Perú está mal vista porque las personas que son elegidas no son las adecuadas no los que dirigen el destino del pais, ellos solo ven sus intereses economico no mas el bienestar de la poblacion vulnerable.


Realidad


“(…) Abramos pues los ojos: no malgastemos, no derrochemos como locos”

Como lo diría el profeta de los ferrocarriles Manuel Pardo, con el que se comenzó el más famoso sueño, y por ende, el que más caro nos costó solventar, pues se requería de grandes personajes sobre rieles, tan fuertes e indestructibles nunca antes vistos por nuestros suelos, y aún más impresionante, a cuatro mil metros en trechos menores de cien kilómetros. Pero como en toda telenovela, especialmente para nuestra historia, no podía faltar el gran actor antagónico nominado a envolver y tentar el enorme proyecto que cambiaría nuestras vidas, y por supuesto, la inversión pública en el Perú del s.XIX, estamos hablando del famoso “empréstito extranjero”, traído ni más ni menos que de la lejana Londres, y por lo mismo, con millonarios costos por servicio, en caso nuestro, por escena al aire.

Es pertinente acudir a la ya famosa frase: “el pasado te persigue. . . y yo te lo dije Perú”, pues, el paisaje que se ha recreado líneas arriba, fue el comienzo del rodaje de una obra con sello peruano que, sin embargo, tuvo la desgracia de no mirar más allá del guión propio y simplemente optó por seguir saltando de nube en nube y no pisar tierra firme , dejándose así guiar por elogios y honores premeditados, tan alentadores, que incrementaban nuestro orgullo sobre el aire, por lo que definitivamente no permitió divisar el abrupto y frío choque contra el viento que, una vez más, no estaba tan a nuestro favor como lo habíamos previsto.

Por cultura e historia, tenemos conocimiento que dentro de nuestro país se imitaban varios estilos extranjeros como parte de las fusiones raciales o costumbristas que se traían de diversos lugares. Pues bien, la idea del proyecto vial que llamaba la atención, por ser novedad en nuestro territorio, eran los ferrocarriles y la ayuda que representaban éstos en el comercio de la ya tan visitada y distinguida Europa. Así pues, cuenta la historia que nuestro entusiasmo por este vigoroso “Caballo de hierro”, fue tan grande y esperanzador ante nosotros que no se empezó por construir una línea férrea sino, y ¿Por qué no?, lanzarse al ruedo con diez a la vez. Sin embargo, toda la puesta en escena que implicaban rutas o caminos, por dónde debían cruzar las líneas, fue un tremendo fracaso debido a los malos diseños o inexperiencias de los móviles políticos.

El golpe que soportó el país simbolizó una depresión territorial muy marcada en ese entonces, y es que fracasos como éste, entre los muchos que se han venido dando, son los finales e inicios que registran nuestra propia historia, y que a su vez nos obligan a despertar forzosamente a una realidad que, ahora, no es muy lejana a lo que llegamos a vivir en algún tiempo. Las preguntas que saltan a la vista refieren indudablemente a: ¿Por qué no lo vieron venir? ¿No era acaso un secreto a voces el futuro fracaso que tendríamos? ¿Traer “ferrocarriles” a nuestro suelo, a la alturas, a nuestros andes? ¿Por qué comenzar por montones? ¿Se le preguntó al pueblo sobre la decisión que se tomaría en sus territorios?

Como lo mencionó en algún momento el viajero Charles Wiener, al venir al país: “El silbido de la locomotora entrando a la estación no es el grito de triunfo de la civilización que llega, sino el gemido de la civilización que se siente extraviada”. Esto concluye perfectamente el modo final en cómo quedamos todos los peruanos, en otras palabras, una vez más entendemos que en cuanto a las decisiones que se deberían tomar a modo universal o que involucre todo un país, la primera y última palabra del discurso la toma un “selecto” grupo de personas “habidas” de conocimiento, que sin embargo, el craso o pequeño error que cometen en su acelerada firma al admitir un acto, es pagada por un pueblo que únicamente deseó en silencio: vivir con un estilo propio, sin imitar o modelar lo extraño o no afín a sus pensamientos.

Sin duda, somos concientes que las promesas fallidas formaron una crisis interna en cada uno de nosotros. Es entendible que al peruano le haya costado superar una derrota, comenzar nuevos caminos y simular, con su personalidad y esa viveza en particular, que se puede aprender del error con el conocido “las cosas pasan por algo”. Y es que finalmente es así, pasaron y se enfrentaron, volvimos a caer pero nos levantamos nuevamente, y todo ello con la finalidad de reconciliar aquellas experiencias pasadas que ahora las damos como olvidadas, pero que mediante la palabra o pronunciación de “nuestro origen” vuelve a ser partícipe de nuestro legado futuro.
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Ama de casa (55 años)
¿Sabías que en algún momento, el Perú, nuestro país, llegó a tener una solvencia económica, probablemente tres o cuatro veces mayor de lo que tenemos ahora?
Sí, escuché sobre eso, pero fue hace mucho tiempo creo. Sólo lo escuché, pero no lo he leído.
¿Tienes alguna idea en qué se perdió o gastó toda esa cantidad?
Por la población supongo, todo se fue allí.


Menor – estudiante 3º sec (15 años)
¿Sabías que en algún momento, el Perú, nuestro país, llegó a tener una solvencia económica, probablemente tres o cuatro veces mayor de lo que tenemos ahora?
No sabía que tenía tanta cantidad, pero sabía que tenía algo.
¿Tienes alguna idea en qué se perdió o gastó toda esa cantidad?
Lo perdieron por tontos (risas), el peruano no sabe economizar


Adolescente – mujer (18 años)
¿Sabías que en algún momento, el Perú, nuestro país, llegó a tener una solvencia económica, probablemente tres o cuatro veces mayor de lo que tenemos ahora?
Sí, sabía que existía una bonanza peruana, había bastante dinero
¿Tienes alguna idea en qué se perdió o gastó toda esa cantidad?
Por el mal uso que se le dio, para variar, así como ahora
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Realidad lunes, 19 de abril de 2010

Realidad



“En el mundo siempre hay que comprender que encuentras de todo o nada a la vez. Que donde entran cinco, también entran seis. Y si al fondo hay sitio, entra de una vez. Esto se pone bueno. Tú y yo adentro. A todos los invito, porque al fondo hay sitio”


Esa es la letra de la canción “Al fondo hay sitio”, el cual es el tema de la serie de televisión transmitida por señal abierta en nuestro país y que lleva ese mismo nombre. La trama consiste en la historia de dos familias muy distintas. Los Maldini son una muestra estereotipada de la clase alta, la que vive en lujosas zonas residenciales, donde los hijos son los típicos niños mimados y donde los señores de la casa viven de las apariencias. Por el otro lado, los González, la familia humilde donde están la matriarca de la familia que añora ser igual que los “vecinos ricos”, los desempleados y vagos, el ama de casa sin derecho, entre otros. A lo largo del desenlace del programa, vemos reflejada la realidad de nuestra sociedad, donde el “blanquito” busca separarse del “cholo” y por la otra parte, éste anhelando, sino ser uno de ellos, “rechazándolo” por ser diferentes y tener “mejor suerte”.

¿Cómo fue que llegamos esto? Para que el Perú que conocemos ahora sea como es, se necesitó cientos de años. Aquí la discriminación en cualquiera de sus formas y precisamente la racial no nació con la llegada de los españoles al país, sino mucho antes, pues incluso en la cultura incaica y hasta prehispánica también habían diferencias basadas en la etnia a la que pertenecía uno u otro grupo. Con la llegada de los españoles la diversidad aumentó, pues ya no solo había indios de distintas clases, sino también blancos, negros y asiáticos. Con el tiempo y la mezcla entre ellos, hoy, la diversidad es mayor, pues ya casi no existen blancos puros, si es que los hay, o indios o negros, sino que en el Perú todos somos una mezcla de todo.

Como dice un viejo dicho, el que no tiene de inga, tiene de mandinga. Esto, pese a ser reconocido y sabido por todos, es olvidado en el día a día. Lo que pasa es que, en el Perú de hoy, la discriminación racial no está dada por el factor biológico, sino por el económico. Como se afirma en el texto de Orrego, la educación blanquea al cholo. Sin embargo, creo que más que la educación es lo que esta conlleva, ya que te permite acceder a un mayor status económico y, en consecuencia, al social. Sin embargo, pese a que en apariencias un “cholo” educado y con plata no es discriminado y es tratado como igual en los círculos sociales al que pertenece debido a su poder adquisitivo, la misma suerte no la corre el cholo que vive en un cono y que debido a que no puede acceder a un buen nivel de educación, la única razón probable por la que podría entrar a estos círculos, es para ser parte del personal de servicio. Tal vez suene algo duro y exagerado, pero así de dura es la realidad en nuestro país. Esto, lamentablemente, no llegará a su fin si no se ofrecen las mismas condiciones a todos y el nivel de educación mejora, tanto en el ámbito privado como estatal. En esto se basa todo, en lo que aprenden los niños. Hace muchos años, los adultos de hoy aprendieron en su niñez que ser cholo es malo y ser blanco es bueno. Si esto no cambia, los niños de hoy, o sea los adultos de mañana enseñarán lo mismo a sus hijos y el ciclo, como hasta ahora, no se cerrará.


“En el mundo siempre hay que comprender que encuentras de todo o nada a la vez. Que donde entran cinco, también entran seis. Y si al fondo hay sitio, entra de una vez. Esto se pone bueno. Tú y yo adentro. A todos los invito, porque al fondo hay sitio”

Esperemos que tomándose las medidas necesarias y, con esto, los cambios necesarios, en un futuro, esperemos no tan lejano, todos podamos decir, en verdad, que, en nuestra combi, que es el Perú, todos estamos invitados.

Bibliografía:
http://www.omni-bus.com/n24/cholos.html - Eva Bautista Ruíz
http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=2949 – Ricardo Morales
http://www.youtube.com/watch?v=ku6nM6e3YS4 – Programa Fuego Cruzado
http://www.librosperuanos.com/archivo/jorge-bruce.html - María Paz de la cruz










Realidad domingo, 18 de abril de 2010

Realizamos una encuesta a una muestra pequeña de 30 personas en la ciudad de Lima con el objetivo de conocer cómo creen que somos los peruanos, para así tener una visión parcial de lo que opinan los participantes acerca de nosotros mismos, nuestras capacidades, nuestras debilidades y defectos. Podemos concluir brevemente que los peruanos tenemos características muy opuestas entre sí, como el ser luchadores y vagos al mismo tiempo. Creemos que un gran defecto del peruano, a partir de las encuestas realizadas, es que poco conocemos de nosotros mismos, de nuestros problemas y de proyectos de acción que nos hagan salir de ellos. Podemos inferir de diversas maneras ante estas repuestas como la falta de interés que muestra el peruano por su propio país, la actitud recriminadora hacia los gobernantes como únicos responsables de los problemas que tenemos. También consideramos que las grandes fortalezas que tenemos las percibimos como propias de nuestro país, y no características que poseemos como personas, es decir, consideramos cualidades a aspectos externos de nosotros mismos, conocemos su importancia en el desarrollo del Perú, sin embargo, al mismo tiempo, nos demuestra una falta de confianza y autoestima hacia los aspectos positivos que nos caracterizan como personas. Las respuestas obtenidas no son alentadoras, sin embargo, consideramos también la magnitud de nuestras encuestas realizadas y somos optimistas en la creencia de que nosotros, peruanos, tenemos conciencia de nuestras limitaciones, capacidades y oportunidades, siendo capaces de enfrentar nuestras dificultades para de esta forma ser una nación capaz de sobresalir no por nuestra gastronomía o nuestra diversidad (de la cual somos afortunados de tener) sino de la calidad de nuestra gente y de nosotros mismos.
Las respuestas de las encuestas realizadas, las mostramos a continuación:
Número de encuestados: 30




El 47% de los encuestados son de género Femenino y el 53% de los encuestados pertenecen al género Masculino.

Ante la pregunta: ¿Cómo somos los peruanos?, los encuestados respondieron:




El 54% de los encuestados (16 personas) respondieron que los peruanos como alegres, luchadores y amigables. El 23% (7 personas) respondió que somos tardones y corruptos, y el otro 23% (7 personas) respondió que somos flojos e incumplidos.


La siguiente pregunta fue, ¿Cuáles son los problemas del Perú?




El 40% de la muestra representativa respondió que los principales problemas del Perú son la educación (deficiente) y la corrupción. El otro 40% respondió que el desempleo era uno de los grandes problemas, y finalmente el 20% respondió que la economía era el problema del Perú.


La pregunta 3 fue ¿Cómo podemos resolver estos problemas?




El 53% respondió que podemos resolver los problemas del Perú cambiando los gobernantes y aumentado la preocupación del gobierno por los problemas sociales. El 47% respondió que para resolver los problemas del Perú se debe crear una conciencia social.


Por último, la 4ta pregunta fue ¿Cuáles son los aspectos positivos que tenemos los peruanos?




El 27% respondió que el aspecto positivo de los peruanos es la creatividad, el otro 27% respondió que la biodiversidad es nuestro principal aspecto positivo, el 26% respondió la gastronomía, y el 20% respondió el turismo como el aspecto positivo de los peruanos.

Realidad

Actualmente podemos señalar que la diversidad del Perú está siendo atractiva a los ojos de países extranjeros, y muestra de ello es nuestra gastronomía. El país, una vez más, mantiene una especie de complicidad con su pasado, ya que desea mostrar la variedad de alimentos naturales que la tierra nos presenta cada cierta temporada, y que gracias a la complementariedad de recursos externos, podemos sacarle el mayor provecho posible.

Esta productividad sigue siendo relevante en exposiciones, tanto externas como internas, puesto que es una forma de dar a conocer a otras culturas, cómo llegamos a convertir un proceso cotidiano como el sembrío, cosecha, etc., en una forma de vida atrayente e histórica; así como también dar conocimiento a las siguientes generaciones cómo es que el peruano supo aprovechar al máximo las condiciones climáticas y terrenales de hace décadas, y la forma en que logró trabajar exitosamente los recursos naturales gracias a su capacidad de transformar la naturaleza. Es evidente que este éxito se logro gracias a la relación hombre – naturaleza, el saber llevar a cabo diversos modos de incrementar la productividad ante los retos que podrían enfrentar, como las estaciones, el agua, o el propio suelo. Sin embargo, existen riesgos de perder estas técnicas pasadas ya que el hombre, por intentar darle una mejoría o confort a su trabajo, desea cambiar algunas características iníciales de su lugar, por copiar o imitar a las de otros de grado diferente de desarrollo (ya sea tecnológico como económico). Así, podría perderse u olvidarse los cimientos de nuestra historia, lo que realmente forma la esencia de nuestra tierra, nuestra verdadera fuente de riqueza.

Por otro lado, la atracción paralela que muestra el país data realmente desde su inicio como civilización, es decir, su suelo. La abundante flora que presenta tanto en la selva como en la sierra, inspira una paz visual, tan duradera como su recorrido desde cualquier ángulo; la majestuosidad del color, las estructuras ocasionales que podemos encontrar, y los cimientos de una colonia netamente nativa, emanan a su vez, un renacer de la historia. Esta armonía se mantiene aún activa con el paso del tiempo, aunque es de esperarse que: así como la forma de producción va cambiando con el pasar de los años, no nos sorprenda que la concepción de lo que hoy denominamos “nuestra tierra”, podría transformarse a una época de la historia que ya se perdió por la “evolución del hombre”. Es por esto que deberíamos escribir un nuevo concepto de lo que es realmente la Diversidad Peruana, en el cual se dirija la mirada a las raíces de nuestra fuente de vida, como por ejemplo el agua, la propia flora, lo multicultural, en conclusión, valorar la base de nuestro ser.