Realidad lunes, 19 de abril de 2010

Realidad



“En el mundo siempre hay que comprender que encuentras de todo o nada a la vez. Que donde entran cinco, también entran seis. Y si al fondo hay sitio, entra de una vez. Esto se pone bueno. Tú y yo adentro. A todos los invito, porque al fondo hay sitio”


Esa es la letra de la canción “Al fondo hay sitio”, el cual es el tema de la serie de televisión transmitida por señal abierta en nuestro país y que lleva ese mismo nombre. La trama consiste en la historia de dos familias muy distintas. Los Maldini son una muestra estereotipada de la clase alta, la que vive en lujosas zonas residenciales, donde los hijos son los típicos niños mimados y donde los señores de la casa viven de las apariencias. Por el otro lado, los González, la familia humilde donde están la matriarca de la familia que añora ser igual que los “vecinos ricos”, los desempleados y vagos, el ama de casa sin derecho, entre otros. A lo largo del desenlace del programa, vemos reflejada la realidad de nuestra sociedad, donde el “blanquito” busca separarse del “cholo” y por la otra parte, éste anhelando, sino ser uno de ellos, “rechazándolo” por ser diferentes y tener “mejor suerte”.

¿Cómo fue que llegamos esto? Para que el Perú que conocemos ahora sea como es, se necesitó cientos de años. Aquí la discriminación en cualquiera de sus formas y precisamente la racial no nació con la llegada de los españoles al país, sino mucho antes, pues incluso en la cultura incaica y hasta prehispánica también habían diferencias basadas en la etnia a la que pertenecía uno u otro grupo. Con la llegada de los españoles la diversidad aumentó, pues ya no solo había indios de distintas clases, sino también blancos, negros y asiáticos. Con el tiempo y la mezcla entre ellos, hoy, la diversidad es mayor, pues ya casi no existen blancos puros, si es que los hay, o indios o negros, sino que en el Perú todos somos una mezcla de todo.

Como dice un viejo dicho, el que no tiene de inga, tiene de mandinga. Esto, pese a ser reconocido y sabido por todos, es olvidado en el día a día. Lo que pasa es que, en el Perú de hoy, la discriminación racial no está dada por el factor biológico, sino por el económico. Como se afirma en el texto de Orrego, la educación blanquea al cholo. Sin embargo, creo que más que la educación es lo que esta conlleva, ya que te permite acceder a un mayor status económico y, en consecuencia, al social. Sin embargo, pese a que en apariencias un “cholo” educado y con plata no es discriminado y es tratado como igual en los círculos sociales al que pertenece debido a su poder adquisitivo, la misma suerte no la corre el cholo que vive en un cono y que debido a que no puede acceder a un buen nivel de educación, la única razón probable por la que podría entrar a estos círculos, es para ser parte del personal de servicio. Tal vez suene algo duro y exagerado, pero así de dura es la realidad en nuestro país. Esto, lamentablemente, no llegará a su fin si no se ofrecen las mismas condiciones a todos y el nivel de educación mejora, tanto en el ámbito privado como estatal. En esto se basa todo, en lo que aprenden los niños. Hace muchos años, los adultos de hoy aprendieron en su niñez que ser cholo es malo y ser blanco es bueno. Si esto no cambia, los niños de hoy, o sea los adultos de mañana enseñarán lo mismo a sus hijos y el ciclo, como hasta ahora, no se cerrará.


“En el mundo siempre hay que comprender que encuentras de todo o nada a la vez. Que donde entran cinco, también entran seis. Y si al fondo hay sitio, entra de una vez. Esto se pone bueno. Tú y yo adentro. A todos los invito, porque al fondo hay sitio”

Esperemos que tomándose las medidas necesarias y, con esto, los cambios necesarios, en un futuro, esperemos no tan lejano, todos podamos decir, en verdad, que, en nuestra combi, que es el Perú, todos estamos invitados.

Bibliografía:
http://www.omni-bus.com/n24/cholos.html - Eva Bautista Ruíz
http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=2949 – Ricardo Morales
http://www.youtube.com/watch?v=ku6nM6e3YS4 – Programa Fuego Cruzado
http://www.librosperuanos.com/archivo/jorge-bruce.html - María Paz de la cruz










Realidad domingo, 18 de abril de 2010

Realizamos una encuesta a una muestra pequeña de 30 personas en la ciudad de Lima con el objetivo de conocer cómo creen que somos los peruanos, para así tener una visión parcial de lo que opinan los participantes acerca de nosotros mismos, nuestras capacidades, nuestras debilidades y defectos. Podemos concluir brevemente que los peruanos tenemos características muy opuestas entre sí, como el ser luchadores y vagos al mismo tiempo. Creemos que un gran defecto del peruano, a partir de las encuestas realizadas, es que poco conocemos de nosotros mismos, de nuestros problemas y de proyectos de acción que nos hagan salir de ellos. Podemos inferir de diversas maneras ante estas repuestas como la falta de interés que muestra el peruano por su propio país, la actitud recriminadora hacia los gobernantes como únicos responsables de los problemas que tenemos. También consideramos que las grandes fortalezas que tenemos las percibimos como propias de nuestro país, y no características que poseemos como personas, es decir, consideramos cualidades a aspectos externos de nosotros mismos, conocemos su importancia en el desarrollo del Perú, sin embargo, al mismo tiempo, nos demuestra una falta de confianza y autoestima hacia los aspectos positivos que nos caracterizan como personas. Las respuestas obtenidas no son alentadoras, sin embargo, consideramos también la magnitud de nuestras encuestas realizadas y somos optimistas en la creencia de que nosotros, peruanos, tenemos conciencia de nuestras limitaciones, capacidades y oportunidades, siendo capaces de enfrentar nuestras dificultades para de esta forma ser una nación capaz de sobresalir no por nuestra gastronomía o nuestra diversidad (de la cual somos afortunados de tener) sino de la calidad de nuestra gente y de nosotros mismos.
Las respuestas de las encuestas realizadas, las mostramos a continuación:
Número de encuestados: 30




El 47% de los encuestados son de género Femenino y el 53% de los encuestados pertenecen al género Masculino.

Ante la pregunta: ¿Cómo somos los peruanos?, los encuestados respondieron:




El 54% de los encuestados (16 personas) respondieron que los peruanos como alegres, luchadores y amigables. El 23% (7 personas) respondió que somos tardones y corruptos, y el otro 23% (7 personas) respondió que somos flojos e incumplidos.


La siguiente pregunta fue, ¿Cuáles son los problemas del Perú?




El 40% de la muestra representativa respondió que los principales problemas del Perú son la educación (deficiente) y la corrupción. El otro 40% respondió que el desempleo era uno de los grandes problemas, y finalmente el 20% respondió que la economía era el problema del Perú.


La pregunta 3 fue ¿Cómo podemos resolver estos problemas?




El 53% respondió que podemos resolver los problemas del Perú cambiando los gobernantes y aumentado la preocupación del gobierno por los problemas sociales. El 47% respondió que para resolver los problemas del Perú se debe crear una conciencia social.


Por último, la 4ta pregunta fue ¿Cuáles son los aspectos positivos que tenemos los peruanos?




El 27% respondió que el aspecto positivo de los peruanos es la creatividad, el otro 27% respondió que la biodiversidad es nuestro principal aspecto positivo, el 26% respondió la gastronomía, y el 20% respondió el turismo como el aspecto positivo de los peruanos.

Realidad

Actualmente podemos señalar que la diversidad del Perú está siendo atractiva a los ojos de países extranjeros, y muestra de ello es nuestra gastronomía. El país, una vez más, mantiene una especie de complicidad con su pasado, ya que desea mostrar la variedad de alimentos naturales que la tierra nos presenta cada cierta temporada, y que gracias a la complementariedad de recursos externos, podemos sacarle el mayor provecho posible.

Esta productividad sigue siendo relevante en exposiciones, tanto externas como internas, puesto que es una forma de dar a conocer a otras culturas, cómo llegamos a convertir un proceso cotidiano como el sembrío, cosecha, etc., en una forma de vida atrayente e histórica; así como también dar conocimiento a las siguientes generaciones cómo es que el peruano supo aprovechar al máximo las condiciones climáticas y terrenales de hace décadas, y la forma en que logró trabajar exitosamente los recursos naturales gracias a su capacidad de transformar la naturaleza. Es evidente que este éxito se logro gracias a la relación hombre – naturaleza, el saber llevar a cabo diversos modos de incrementar la productividad ante los retos que podrían enfrentar, como las estaciones, el agua, o el propio suelo. Sin embargo, existen riesgos de perder estas técnicas pasadas ya que el hombre, por intentar darle una mejoría o confort a su trabajo, desea cambiar algunas características iníciales de su lugar, por copiar o imitar a las de otros de grado diferente de desarrollo (ya sea tecnológico como económico). Así, podría perderse u olvidarse los cimientos de nuestra historia, lo que realmente forma la esencia de nuestra tierra, nuestra verdadera fuente de riqueza.

Por otro lado, la atracción paralela que muestra el país data realmente desde su inicio como civilización, es decir, su suelo. La abundante flora que presenta tanto en la selva como en la sierra, inspira una paz visual, tan duradera como su recorrido desde cualquier ángulo; la majestuosidad del color, las estructuras ocasionales que podemos encontrar, y los cimientos de una colonia netamente nativa, emanan a su vez, un renacer de la historia. Esta armonía se mantiene aún activa con el paso del tiempo, aunque es de esperarse que: así como la forma de producción va cambiando con el pasar de los años, no nos sorprenda que la concepción de lo que hoy denominamos “nuestra tierra”, podría transformarse a una época de la historia que ya se perdió por la “evolución del hombre”. Es por esto que deberíamos escribir un nuevo concepto de lo que es realmente la Diversidad Peruana, en el cual se dirija la mirada a las raíces de nuestra fuente de vida, como por ejemplo el agua, la propia flora, lo multicultural, en conclusión, valorar la base de nuestro ser.